miércoles, 29 de junio de 2011

Un lector

-Hola, buenas, quería información sobre lectores de DVD.
-El tema lectura lo llevan en la sección de libros.
-Yo quiero un aparato para leer un DVD, no un libro.
-¿Y qué quiere leer en un DVD? ¿El título de la película, el nombre de la productora?
-Me refiero a reproducirlo.
-El tema de las reproducciones lo llevan en el departamento de reprografía.
-Quiero verlo y escucharlo.
-Pues bájese a la planta calle, al fondo a la derecha, la puerta donde pone “reprografía”. Abra bien los ojos y ponga la oreja en la puerta.
-No, no, lo que yo quiero ver es el DVD.
-Aquí lo tiene. ¿Se lo acerco un poco más?
-No quiero verlo así. Quiero ver lo que hay dentro.
-¿Y qué quiere que haya? Mírelo usted mismo, un simple disco.
-Ya sé que hay un disco. Lo que quiero ver es lo que hay dentro del disco.
-No hay mucho que ver. Todo está escrito en lenguaje binario.
-¿Cómo?
-Unos y ceros, blancos y negros.
-Pero si esta película es en color.
-Dentro del DVD no hay colores, sólo blancos y negros.
-¿Y qué tengo que hacer para poder verla?
-Si quiere, lo acompaño a la sección de óptica y tratamos de mirarlo al microscopio.
-Yo no quiero ver el interior del disco, sino convertir ese lenguaje binario en imágenes y sonidos.
-Ah, vale, ya lo tengo claro.
-Dígame.
-Lo que usted necesita es un lector de DVD.
-En ese caso me bajo a la sección de libros. Muchas gracias.

martes, 21 de junio de 2011

Un separado

-¿Tus padres están separados?
-Claro, como todos los padres.
-Hombre, todos no, los míos siguen juntos.
-¿Son siameses?
-¿Qué? No.
-Pues entonces están separados.
-Son dos entes separados sí.
-¿Lo ves?
-Pero siguen casados.
-Pero no son siameses.
-Claro que no.
-Entonces están separados.
-Todo el mundo está entonces separado.
-Los siameses no.
-Pues todo el mundo menos los siameses.
-Eso es, tus padres también.
-Ya pero sin dejar de estar casados.
-Ni separados.
-Pero se quieren y desean estar juntos.
-Pueden operarse.
-¿Operarse de qué?
-Igual que hay operaciones para separar siameses, digo yo que habrá operaciones para juntar siameses.
-Te repito que mis padres no son siameses.
-Y yo te repito que por eso están separados.
-De acuerdo, admito que están separados físicamente pero no emocionalmente.
-¿Sienten a la vez y exactamente lo mismo?
-Lo mismo lo mismo no creo.
-Entonces están separados emocionalmente.
-Igual que los siameses.
-¿No decías que no eran siameses?
-No me refiero a mis padres.
-¿Entonces de quién cojones estás hablando?
-De nosotros. Venga gira a la derecha.
-No me sale de nuestros cojones.

miércoles, 15 de junio de 2011

Una pregunta

-He de hacerle algunas preguntas.
-Es que tengo mucha prisa.
-Será sólo un momento. ¿Nombre?
-¿Cómo voy a saber su nombre? Acabamos de conocernos.
-Me refiero al suyo.
-Ah, Abelardo
-¿Apellido?
-Apellido no. A-be-lar-do.
-¿Y sus apellidos?
-Gómez Bravo.
-¿Estado civil?
-Estado civil no. Gómez Bravo. ¿Está usted sorda?
-Me refiero a su estado.
-Ah, mi estado. Estoy de pie.
-Debe concretar, por favor.
-Bueno, ahora me apoyo muy suavemente contra el mostrador.
-¿Años?
-Estamos en 2011.
-Me refiero a los años que tiene.
-Mujer, tengo prisa pero sólo es cuestión de minutos, no de años.
-¿Lugar de nacimiento?
-Un paritorio.
-Ya, pero ¿dónde estaba el paritorio?
-Ah, perdone. No le había entendido. Estaba en un hospital.
-¿Peso?
-Buff, por lo menos pesaría 100.000 toneladas o así.
-¿Cómo dice?
-Imagínese, contando los cimientos, los ladrillos, las camas, los pacientes…
-Me refiero a usted.
-Ah, yo entonces pesaba 3 kilos y medio.
-¿Y ahora?
-Ahora ya vivo fuera del hospital. Sólo estuve allí un par de noches.
-¿Talla?
-De pantalón una 46 y de camisa una 42.
-Me refiero a su altura.
-Soy un gran profesional de la banca privada.
-Ya veo.  ¿Alguna enfermedad?
-No, la banca privada es un medio de ahorro y financiación. Y, en confianza, mucho mejor que las Cajas de Ahorro.
-¿Alergias conocidas?
-La alergia alimentaria, la alergia al polen y la alergia al polvo.
-¿Las padece usted?
-No, pero las conozco.
-Entiendo, ¿aficiones?
-Tanto como aficiones no diría yo. Simplemente he oído hablar de ellas. ¿Algo más?
-La última pregunta.
-Dígame.
-¿Sexo?

martes, 7 de junio de 2011

Una francesa

-Una barra de pan, por favor.
-¿Campesina?
-No, soy de ciudad.
-¿Gallega?
-No, no soy española.
-Me refiero a la barra.
-No conozco su origen, usted sabrá.
-Me refería al nombre de la barra.
-¿Les ponen nombres a las barras?
-No es que les pongamos nombres, es que cada una es de un tipo distinto.
-Yo la quiero de pan.
-Todas son de pan.
-¿Entonces para qué les ponen nombres?
-Para distinguirlas.
-¿De qué? ¿De las magdalenas? ¿De los donuts?
-Para distinguirlas entre ellas. Unas son campesinas, otras gallegas…
-Yo preferiría que fuera de aquí mismo.
-Todas son de aquí mismo.
-Le recuerdo que no estamos en Galicia.
-Sé perfectamente dónde estamos.
-¿Entonces por qué me ofrece una barra de tan lejos? Déme una de aquí.
-Tenga.
-¿Seguro que es de aquí?
-Sí.
-¿Cómo se llama?
-Josefina.
-Me refiero a la barra.
-Rústica.
-No le consiento que me insulte.
-No la insulto. Es el nombre de la barra.
-No me gusta ese nombre. Déme otra.
-¿Francesa?
-Oui, madame.

miércoles, 1 de junio de 2011

Una operación

-Doctor, ¿podré tocar el violín después de la operación?
-Eso depende.
-¿De qué depende? ¿Del postoperatorio? ¿De la anestesia?
-Depende de si ya sabe tocar el violín antes de la operación.
-Supongamos que no.
-Entonces tampoco sabrá hacerlo después de la operación.
-En ese caso, ¿para qué voy a operarme?
-Si no se opera es probable que pierda el brazo.
-¿Y para qué quiero el brazo si no voy a poder tocar el violín?
-Para lo mismo que lo ha usado hasta ahora, dado que no sabe tocar el violín.
-Ya veo. ¿Y la balalaika? ¿Podré tocar la balalaika?
-Lo mismo le digo. ¿Sabe tocarla ahora?
-Ni puta idea.
-Pues entonces no podrá tocarla después.
-Usted me dijo que, después de la operación, podría hacer cosas que ahora no puedo hacer.
-Me refería a los movimientos del brazo, a elevarlo, bajarlo, moverlo hacia atrás.
-¿Y para qué iba yo a querer mover el brazo hacia atrás? Tanto el violín como la balalaika se tocan de frente.
-Podrá usted vestirse y desnudarse sin ayuda.
-Siempre he preferido que me ayuden a desnudarme.
-Podrá hacer deporte, trabajar y llevar una vida normal.
-Ya llevo una vida normal.
-No puede usted vestirse.
-¿Voy acaso desnudo?
-Me refiero a que no puede hacerlo solo.
-Lo hago a la perfección.
-¿Por eso lleva la camisa puesta entre la pierna y el brazo derechos?
-Es la última moda, ¿no se ha enterado?
-Y supongo que también está de moda ponerse la americana del revés.
-Superman lleva los calzoncillos por fuera y es un superhéroe, ¿no?
-No sé. No me pagan para evaluar el aspecto físico de los superhéroes.
-No me cambie de tema y dígame, ¿podré tocar el acordeón?