lunes, 17 de diciembre de 2012

Un padre


-Demos la bienvenida, queridos televidentes, a nuestro siguiente invitado.
-Buenas noches.
-Hola, cuéntanos tu caso.
-Vengo a conocer a mi hijo.
-Excelente decisión. Le felicito.
-Ahórrese los cumplidos. No tengo todo el día.
-Ya, esto, y dígame. ¿Cree que su hijo lo aceptará como padre?
-No estoy seguro de haber sido un buen padre.
-¿Por qué no?
-Rapté a su hermana y me peleé contra él.
-¿Cómo?
-Traté de que pasara al lado oscuro y lo perseguí con mi nave espacial.
-¿Qué?
-Ya me ha oído.
-No parecen actos de un buen padre, no.
-Ahórrese los comentarios o aténgase a las consecuencias.
-Óigame, no le consiento que me amenace delante de mi público.
-Fffffffffffffffff.
-Ah, oh, no puedo respirar. Me falta el oxígeno.
-Fffffffffffffffff.
-Basta, por favor.
-Está bien, pero no vuelva a tocarme las gónadas.
-¿Qué me ha hecho?
-Olvídelo. Es un viejo truco Jedi.
-¿Un qué?
-Tráigame a mi hijo.
-Muy bien, está al otro lado de esta pantalla.
-Excelente.
-Pero quizá quiera usted desprenderse primero de ese casco que lleva.
-No pienso hacerlo.
-¿Por qué no? No puede recibir a su hijo así.
-Si me quito el casco pierdo esta voz de puta madre que me gasto.
-Bueno, usted verá. Aquí está su hijo. Dígale lo que ha venido a decirle.
-Luke. Soy tu padre. Estoy ya muy mayor. En la Estrella de la muerte no pinto nada. Quiero pasar 6 meses en tu casa y otros 5 en casa de Leia. El mes que queda me lo reservo para irme de vacaciones con el Inserso de las Galaxias. Si te parece bien, vale, y si no te hago un Ffffffffffffffffff.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Un suelo

-¿Tiene jamón serrano del bueno?
-Por supuesto.
-¿Me lo puede cortar a filetes?
-Claro que sí, ¿cuánto necesita?
-Póngame ciento veinticinco metros cuadrados…
-¿Cómo?
-O mejor ciento treinta, no vaya a hacer corto.
-No le entiendo.
-No hay nada que entender. Usted vaya cortando y cuando tenga ciento treinta metros cuadrados en filetes, me dice qué le debo y se lo pago.
-Pero es que el jamón se mide en gramos o en kilos, no en metros cuadrados.
-Eso lo hará quien lo compre para comérselo.
-¿Usted no lo quiere para comérselo?
-No, no, en absoluto. Yo soy vegetariano.
-Entonces, ¿para qué lo quiere?
-Voy a forrar todo el suelo de casa de jamón serrano.
-¿Va usted a qué?
-Ya me ha oído. Es una carne muy aislante, muy cómoda para pisar y además deja un delicioso aroma en la casa.
-No puede ser.
-Claro que puede ser, su tienda ya huele más o menos así.
-No puede poner el jamón en el suelo.
-¿Por qué no?
-Es un alimento.
-Lo que no se puede poner es un jamón sin cortar porque se tropieza uno y es muy incómodo, pero si está cortado en filetes no hay ningún problema.
-¿No?
-No, es plano y mullido. Una gozada.
-Pero, pero se le acabará pudriendo.
-Eso sí. Hay que cambiar el suelo cada semana.
-¿Y no sería mejor que se pusiera tarima flotante o pergo?
-Puede ser, pero si hiciera semejante cosa no necesitaría venir a comprar jamón serrano cada semana, ¿es eso lo que a usted le conviene? Piénselo.
-Vale. ¿Se lo corto fino?

jueves, 19 de julio de 2012

Un menú


-Hola, bienvenido a Burger Bax, ¿qué desea?
-Un menú.
-¿Bax normal, Bax súper, o Bax maxy?
-Pues no sé. Bax maxy.
-Muy bien. ¿Con Bax Burguer de pollo, Bax Burguer de pollo con carne o Bax Burguer de carne sin pollo?
-No, yo lo quiero que tenga max carne que pollo.
-Tamaño Bax Premium, Bax Standard o Bax Light
-Joé, pues no sé. Bax Premium, por ejemplo.
-Vale, de complemento tenemos patatas, ensalada o salsa.
-Patatas, por favor.
-Muy bien, ¿Grand Bax luxe, Medium Bax luxe o Mini Bax luxe?
-Más bien Luxe
-¿Qué luxe?
-Cualquier luxe.
-Le repito, ¿Grand Bax luxe, Medium Bax luxe o Mini Bax luxe?
-Medium luxe, por flavox.
-Vale, de bebida tiene cerveza, refresco o agua.
-Verceza
-Muy bien, ¿Bax mix pint, mix Bax half pint o mix mix half half Bax pint?
-Half, half, half.
-Le repito: Bax mix pint, mix Bax half pint o mix mix half half Bax pint.
-Mix Bax pint, for pavor.
-Eso no existe.
-Pues Bax Bax flop
-Eso menos.
-Flux, flux, arg, o sea, irg.
-Le pondré una mix Bax half pint con pajita.
-Exo mixmo.
-De postre tiene helado, fruta o yogur líquido.
-Goyur.
-Muy bien, ¿Ice Bax Crunch, Ice Bax Lunch o Ice Bax Flunch?
-Mlunch flum foc.
-De qué sabor, tenemos White Cream Bax Soft, Black cream Bax Hard, Soft Cream Bax Smooth y Smooth Cream Bax Yellow.
-Crash Ming Box
-¿Pagará con tarjeta o en efectivo?
-Frush Plack
-Muy bien, gracias por su visita.
-Ang Clux poi poi.
-Lo mismo le deseo. Buen provecho.

jueves, 14 de junio de 2012

Una puerta


-Éste es el robot aspirador, ¿qué les parece?
-Muy majo, sí.
-Y muy inteligente. No sólo aspira por todos los rincones, sino que cuando percibe que tiene poca batería vuelve a la base para recargarse.
-¿Y si se le putea?
-¿Perdone?
-Sí, ¿qué pasa si se le putea un poco?
-No le entiendo.
-Por ejemplo, si se le cierra la puerta del cuarto donde tiene la base, ¿sabe abrirla?
-Pues no, supongo que no.
-Entonces no es tan inteligente.
-Le aseguro que está programado para detectar y sortear todo tipo de obstáculos. Es bastante inteligente.
-¿Cómo va a ser bastante inteligente si ni siquiera sabe abrir una puerta?
-Hombre.
-A ver, respóndame con sinceridad. ¿A usted le parece muy difícil abrir una puerta?
-Sí, si se carece de brazos y manos.
-No plantee condicionantes innecesarios, se lo ruego. ¿Le parece difícil o no?
-Es muy fácil.
-¿Y el robot sabe hacerlo?
-Escuche, por favor.
-Responda.
-No.
-Está diciéndome que su inteligente robot no sabe hacer algo que usted mismo considera muy fácil, ¿no es así?
-Pues sí, supongo que sí.
-De lo que se concluye que… vamos, dígalo.
-Que el robot es tonto del culo.
-Exacto.
-Entonces, ¿no le interesa?
-No, no al contrario. Me lo llevo.
-Pero si acabamos de concluir que no es tan inteligente como yo le decía.
-Por eso mismo. Odio que las máquinas sean más inteligentes que yo.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Una ira


-Dígame qué le sucede.
-Pues mire, doctor, sufro unos terribles ataques de ira incontenible.
-¿Desde hace mucho?
-Y a usted qué cojones le importa si hace mucho o poco, baboso imbécil, preguntón de mierda.
-¿Ha sido eso uno de sus ataques de ira incontenible?
-No, simplemente me ha molestado su pregunta.
-Ah.
-Necesito ayuda.
-No se preocupe. ¿Es la primera vez que visita a un psiquiatra?
-Y eso qué coño tiene que ver con mi caso, grandísimo gilipollas, estúpido cabezón.
-Oiga, no le consiento que me trate así…
-Discúlpeme, pero ahora sí que era un ataque de ira incontenible.
-¿Ahora sí?
-Así es. Vienen y van sin avisar.
-Tiene que ser muy difícil vivir con usted.
-Eso tiene gracia. Vengo a pedirle ayuda y tengo que escuchar sus malditos reproches. Cierre el pico y métase los reproches por el culo, asqueroso matasanos.
-Tranquilícese, por favor, le voy a inyectar un calmante.
-No me hace falta. Ahora no era un ataque de ira.
-¿No?
-No, simplemente me han molestado sus palabras.
-Ya. Hábleme de su infancia.
-De mi infancia te va a hablar tu puta madre, chismoso tontolaba.
-¿Es uno de sus ataques?
-Sí.
-En ese caso puede seguir.
-Hijoputa, engañabobos, ¿te he preguntado algo yo a ti? Pues déjame en paz y vete a la mierda.
-¿Ya está mejor?
-Sí.
-Vale, pues tendré que verle dos veces por semana durante un mínimo de un año. Cada sesión le costará 150 Eur. ¿Le parece bien?
-¿Qué si me parece bien? Le voy a contestar lo que me parece…

miércoles, 25 de abril de 2012

Un presente


-Buenos días, estoy interesado en adquirir una bicicleta estática.
-Aquí las tengo, ¿qué le parecen?
-No tienen ruedas.
-Claro, por eso son estáticas.
-¿Entonces no avanzan?
-Por supuesto que no. No avanzan ni retroceden en el espacio.
-¿Y en el tiempo?
-¿Cómo?
-Quizá avancen y retrocedan en el tiempo.
-Puede ser, depende de su imaginación.
-¿De mi imaginación?
-Eso es. ¿La tiene dinámica o estática?
-Yo diría que dinámica.
-En ese caso no tendrá ninguna dificultad para pedalear por el tiempo.
-¿Y adónde podría ir?
-Pues no sé, puede volver a su infancia.
-No quiero ir allí. Fui un niño bastante desgraciado.
-Diríjase entonces hacia su jubilación.
-No creo que sea buena idea, con lo gordo que estoy seguro que no puedo comer de nada y estoy postrado en la cama sin poder moverme.
-Haga entonces ejercicio, así perderá peso.
-¿Y cómo voy a hacer eso con una bicicleta sin ruedas?
-Dándole a los pedales.
-Pero no iré a ninguna parte.
-Quédese en el presente.
-Ya estoy en el presente, para eso no necesito una bicicleta estática.
-Quizá sea mejor entonces que adquiera una bicicleta con ruedas.
-¿Y adónde cree usted que podría ir?
-Pues, por ejemplo, a una tienda donde las vendan.

miércoles, 11 de abril de 2012

Una cama

-Venía a ingresarme.
-¿Cómo dice?
-Estoy enfermo y quiero que me den una cama.
-Ya, pero es que ha entrado usted en una tienda de muebles.
-¿Y dónde quiere que vaya a buscar una cama? ¿A la frutería de aquí al lado?
-De acuerdo. ¿Qué le parece ésta?
-No sé, bien. Ingréseme en una que esté libre.
-Todas están libres.
-Jamás había visto un hospital con todas sus camas libres.
-Le repito que esto es una tienda de muebles.
-Y yo le repito que necesito una cama. Ésta servirá. ¿Dónde está el armario para dejar mis cosas?
-Los armarios los tenemos en la planta baja.
-¿No los ponen junto a las camas?
-No.
-Qué incómodo.
-¿Dónde le llevamos la cama?
-Pues no sé, a la sala de rayos equis, a ecografías, al quirófano…
-Me refiero a su domicilio.
-¿Van a llevar la cama hasta mi casa?
-Siempre lo hacemos así.
-Pero mi casa no es un hospital.
-Ni esto tampoco. ¿Prefiere que la cama sea de matrimonio?
-¿Qué pretende? ¿Meter a otro enfermo en la misma cama que yo?
-Tan sólo me preguntaba si dormía usted solo o con su mujer.
-Mi mujer no está enferma. No necesita ser hospitalizada.
-Usted sí, pero no en esta planta.
-¿En cuál entonces? ¿En la planta baja junto con los armarios?
-Preferiblemente dentro de uno de ellos y bien cerrado con llave, sí.

martes, 27 de marzo de 2012

Un juego

-A mí me encanta jugar con mis hijos.
-A mí también.
-Yo, por ejemplo, juego con ellos al Monopoly, ¿y tú?
-No, yo prefiero jugar con las fichas que salen en el juego. Una vez jugué con ellos pero ocupaban toda la mesa y era prácticamente imposible saber en qué casilla del tablero estaba cada uno.
-Ya.
-¿Y al parchís? ¿Juegas con ellos al parchís?
-A veces. ¿Y tú?
-Nada, lo mismo te digo. Es ponerlos encima de la mesa y sobreviene el caos. Ocupan todo el tablero y nadie sabe en qué casilla está.
-Ya.
-Por no hablar de lo sucio que se pone todo cuando uno se tiene que comer al otro.
-Claro.
-¿Y qué me dices de hacer deporte con ellos?
-Sí, muy enriquecedor. Yo juego con ellos al baloncesto.
-¿Y cómo haces para que pasen por el aro de la canasta? Yo he tratado de jugar con ellos pero es casi imposible: no botan, sangran, pesan y se quedan atascados en el aro.
-Ajá.
-Además tienen una aerodinámica horrible.
-Eso también.
-Prefiero jugar con ellos a los bolos.
-¿Sí?
-Sí, así los tengo quietos durante un rato.
-Se lo pasan bien, ¿o qué?
-No, simplemente están quietos hasta que el niño que hace de bola los alcanza y los tira al suelo.
-Por supuesto.
-¿Y qué me dices de los video juegos?
-Sí, me gustan mucho.
-¿En serio? ¿Juegas con tus hijos?
-Sí, claro.
-¿Y dónde les enchufas los cables?

miércoles, 14 de marzo de 2012

Una fobia

-Túmbese y dígame lo que le sucede.
-He desarrollado una fobia paralizante a las partículas interrogativas.
-¿Cómo?
-¡Ah!
-Tranquilícese, ¿quiere un vaso de agua?
-Sí, por favor.
-Tenga. ¿Está mejor?
-Sí.
-Prosigamos entonces. ¿Desde cuándo le pasa?
-¡Ah!
-Beba, beba más agua. ¿Se encuentra bien?
-Sí, perdone.
-No pasa nada. ¿Seguimos?
-Venga.
-¿Cuánto tiempo duran las crisis?
-¡Ah!
-Relájese, por favor. Trataré de evitar cualquier clase de partícula interrogativa.
-Se lo agradezco.
-No es nada.
-Es que no puedo evitarlo. Me sucede lo mismo desde que era un niño y vivía en Hafnarfjorour.
-¿Dónde?
-¡Ah!
-En Harfnarfjorour, cerca de Reykjavik, en Islandia.
-¿Cómo se escribe?
-¡Ah! Hache, a, erre, efe, ene…
-¿Qué?
-¡Ah!
-¿Cómo va a ir una efe junto a una ene?
-¡Ah!
-¿Qué le sucede?
-¡Oh!
-¿Por qué se lleva las manos al cuello?
-¡Uh!
-Enfermera, ¿dónde está? ¿Por qué no responde? ¿Qué está haciendo? ¿Cómo es posible que no venga? ¿Para qué le pago el sueldo? ¿Quién se cree que es?
-Plof.
-Pobre hombre, se ha derrumbado. ¿Por qué dios mío? ¿Por qué?

miércoles, 29 de febrero de 2012

Un cursillo

-¿Y tú, José Luis, quieres a Carmen como legítima esposa?
-¿Perdón?
-¿Que si quieres a Carmen como legítima esposa?
-¿Es a mí?
-Sí, a ti, venga, responde, que los invitados están empezando a murmurar.
-Es que yo soy el fotógrafo.
-No te estoy preguntando por tu profesión. Te pregunto si quieres a Carmen, aquí presente, como legítima esposa.
-¿No debería hacerle esa pregunta al novio?
-No trates de escurrir el bulto, majete.
-¿Cómo?
-A ver, ¿has hecho los cursillos matrimoniales de la parroquia?
-Pues no sé. Hice un cursillo, sí, pero era de fotografía digital.
-Da igual, la cuestión es que has hecho los cursillos y estás junto a la novia delante del sacerdote, que soy yo. ¿La aceptas o no como esposa?
-No.
-¿Entonces para qué diantres te molestaste en hacer los cursillos de la parroquia?
-Para aprender a hacer buenos reportajes de boda.
-Valiente tontería. ¿Cómo vas a hacer reportajes de bodas si el primero que se niega a casarse eres tú?
-Yo ya estoy casado.
-Lo que me faltaba por escuchar.
-Hace tres años.
-Pues ahora te vas a volver a casar.
-Cásese usted.
-Yo hace años que hice un juramento.
-Pues yo lo voy a hacer ahora mismo y además usando el micrófono para que me oiga toda la iglesia. Démelo, démelo…

martes, 21 de febrero de 2012

Un duelo

-Prepárate a morir, Billy.
-Lo mismo digo, Joe.
-Yo soy más rápido que tú, Billy.
-Eso habrá que verlo, Joe.
-Venga, desenfunda, Billy.
-Desenfunda tú primero, Joe.
-No, Billy. Insisto, tú primero.
-De ninguna manera, Joe.
-Me voy a tener que cagar en todos tus muertos, Billy.
-Si haces eso tendré que retarte a duelo, Joe.
-Ya estamos en un duelo, Billy.
-Hostias, sí, perdona, Joe.
-Nada, hombre, Billy. Qué voy a perdonarte.
-Que me perdones te digo, coño, Joe.
-Que no me sale de los huevos, Billy.
-En ese caso voy a tener que retarte a duelo, Joe.
-¿Pero otra vez, Billy? Que ya estamos en un duelo, cojones.
-No te consiento que me hables así, Joe.
-¿Ah no, Billy? ¿Y qué vas a hacer para impedírmelo?
-Retarte a duelo, Joe.
-Jodo, qué cruz, Billy, hijo mío.
-No soy tu hijo, Joe. No me enfades o tendré que…
-Ya, ya, tendrás que retarme a duelo, ¿no, Billy?
-¿Por qué no nos dejamos de violencias y me das un beso, Joe?
-Creí que nunca me lo ibas a pedir, Billy, rey.

martes, 14 de febrero de 2012

Una rosa

 -Te quiero, Manuel.
-Y yo a ti, Margarita. Eres la mujer de mi vida.
-Me llamo Rosa.
-Lo sé.
-Entonces, ¿por qué me llamas Margarita?
-Es que me lío con las flores.
-Bueno, te perdono.
-Te lo agradezco, Violeta.
-Que me llamo Rosa.
-Lo sé.
-Entonces, ¿por qué me llamas Violeta?
-Es que me lío con los colores.
-¿Eres daltónico?
-Soy Manuel.
-Ya, pero ¿me quieres?
-Con toda mi alma, Peralada.
-Te repito que me llamo Rosa.
-Lo sé.
-Entonces, ¿por qué me llamas Peralada?
-Es que me lío con los pueblos de la Costa Brava.
-Peralada no está en la costa brava.
-Pero Rosas sí.
-No entiendo lo que te sucede, Manuel.
-Las palabras se confunden en mi cabeza como si agitaras un diccionario primero y lo abrieras después.
-¿Has ido al médico?
-No, he preferido venir a verte a ti y traerte este ramo de rosas, Azucena.
-Podías haberme traído un ramo de Azucenas y haber acertado con mi nombre.
-He estado dudando en la floristería hasta el último momento.
-¿De verdad?
-No sabía si traerte flores blancas o rojas.
-¿Y por qué no rosas?
-Te he traído rosas.
-Sí, pero son de color violeta.
-Como tu nombre.

martes, 7 de febrero de 2012

Un diagnóstico

-Es usted hipotenso y fastítico plantar.
-Eso lo será su puta madre.
-No se enfade, no le estoy insultando. Tan sólo le estoy dando a conocer mi diagnóstico.
-Ah, perdone.
-También es usted hipercolesterolémico.
-Y usted un hijoputa.
-Que no, que no se enfade. Que le estoy interpretando los resultados de sus análisis.
-Ah, perdone.
-A ver. Y veo que también es usted hipoglucémico.
-Y usted un soplagaitas y un mamón.
-Y tiene las transaminasas por las nubes.
-Y usted es paticorto.
-Y también tiene un poco de acido úrico.
-Y usted otro poco de gilipollas.
-También veo que tiene una desviación en el tabique nasal…
-Y usted es cejijunto.
-…además de un ojo estrábico.
-Y usted es orejudo y tiene la cara de acelga.
-Con respecto a su sangre, es usted anémico.
-Con respecto a la suya, es usted un mierda.
-Y con respecto a su orina, tiene el ph ligeramente básico.
-Usted lo que tiene ligeramente básico es el cerebro, doctor.
-Ah, y se me olvidaba, lo encuentro algo simpaticotónico.
-Yo también estoy empezando a encariñarme de usted, majete.

martes, 31 de enero de 2012

Un eufemismo

-¿Está Emilio? Soy Julia.
-Hola Julia. Emilio no está en casa.
-¿Ha salido?
-No. Si te parece se ha desintegrado molecularmente. Pues claro que ha salido. Si te digo que no está en casa es que ha salido, ¿no?
-Podría estar durmiendo la siesta o en el baño.
-Emilio no acostumbra a dormir la siesta fuera de casa. Ni tampoco suele cagar en la calle.
-Quiero decir, que tal vez estaba usando usted una frase hecha a modo de eufemismo.
-Eh, eh, sin insultar, que yo no te he dicho nada fuera de tono.
-Un eufemismo no es un insulto, señora.
-Eso habría que verlo. ¿Qué querías?
-Quería hablar con Emilio.
-Eso ya lo supongo, guapa, dado que lo estás llamado por teléfono. Si quisieras verlo o tocarlo tendrías que haber usado otro medio de comunicación. Me refiero a qué querías decirle.
-No pretenderá que le diga a usted lo que iba a decirle a su hijo, ¿verdad?
-¿Por qué no? El no está, pero yo sí.
-Ya, pero usted no es su hijo.
-Como si lo fuera. Hubo un tiempo en el que estábamos muy unidos.
-Sí, durante el embarazo, cuando estaban unidos por el cordón umbilical, pero eso no le da derecho a suplantarlo.
-No pretendo suplantar a nadie. Tan sólo estaba tratando de ser amable contigo.
-Yo creo que lo que estaba usted intentando es ser una cotilla.
-¿Es así como crees que vas a formar parte de esta familia, tía lista?
-No pretendo formar parte de ninguna familia, precisamente llamaba a su hijo para cortar con él.
-No te atrevas a hacer eso.
-Pues voy a hacerlo.
-Te lo prohíbo. Él te quiere de verdad. Eres la única mujer que le ha importado.
-No me haga reír, por favor, y dígale a Emilio que me llame cuando vuelva, ¿quiere?
-¿Quién le digo que eras?
-Soy la que hasta hoy era su novia.
-Ya pero recuérdame tu nombre. Llaman tantas chicas a esta casa…
-¿Sabe lo que es usted?
-Tú dirás.
-Una rencorosa.
-Ya estamos con los eufemismos.

martes, 24 de enero de 2012

Un pase

-Corre, desmárcate que te la paso.
-…
-Pero, ¿por qué no has rematado?
-¿Me dice a mí?
-Claro que te digo a ti. Estabas desmarcado y te he puesto el balón en los pies. ¿Por qué no has rematado?
-Pero, ¿cómo iba a rematar?
-Con el pie, joder. Sólo con que hubieras puesto la pierna, el balón habría entrado en la portería. No entiendo cómo has desperdiciado una ocasión tan clara de gol.
-Quizá influya algo el hecho de que soy el árbitro.
-No empecemos con excusas facilonas, por favor.
-¡Cómo que excusas facilonas! Los árbitros no podemos rematar.
-¿Por qué no? ¿Sois cojos?
-No somos cojos pero no participamos en el juego.
-Pues bien desmarcado que estabas, ahí al borde del área pequeña.
-No estaba desmarcado. Estaba siguiendo la jugada.
-Por eso mismo que seguías la jugada. ¿Qué te costaba haber rematado?
-Si lo hubiera hecho tendría que haberme expulsado.
-¿Por qué?
-Porque no se puede marcar gol a propósito si no perteneces al equipo atacante.
-Pues haberte expulsado.
-En ese caso el partido se habría quedado sin árbitro.
-¿Y qué más da? Si para una ocasión clara de gol que tienes, la dejas escapar…
-Si el partido se quedara sin árbitro no tendría fin.
-¿Cómo?
-No habría nadie para dar el pitido final.
-Hostias.
-El juego se eternizaría. La noche caería sobre el estadio.
-Es probable que los jugadores también cayeran sobre el estadio.
-Seguro que sí. ¿Lo entiende ahora?
-Sí, perdona.
-Pues, hala, tenga la tarjeta roja que se merece y váyase al vestuario.
-¿Tarjeta roja? ¿Por qué?
-Por tratar de jugar con el árbitro.
-Pero es que estabas desmarcado, tío.

miércoles, 18 de enero de 2012

Una pomada

-Ave María Purísima.
-Sin pecado concebida. Dime, hijo.
-Verá, padre, es que llevo todo el cuerpo cubierto de granos.
-Y a mí que me cuentas.
-Hombre, es que me pican una barbaridad.
-Ya, pero será un picor del cuerpo, no del alma.
-Que va, el alma también me pica.
-Eso es otra cosa. Déjame ver.
-Mire.
-Demonios, vas perdido.
-Ya le digo.
-Nada, esto lo arreglamos con una pomada muy buena que te voy a recetar.
-¿Una pomada? ¿Cómo me receta una pomada si usted es un cura?
-¿Yo, un cura?
 -Sí.
-¡Qué voy a ser un cura!
-Que sí, y esto un confesionario.
-¿No me digas?
-Sí, sí, fíjese: es una estructura de madera, estoy arrodillado en el reclinatorio y usted va vestido de negro.
-No sé. Yo visto de negro porque me hace más delgado. Eso tampoco es una prueba fehaciente, lo que se dice fehaciente…
-Y lleva un crucifijo en el pecho.
-¿Esto? Son las llaves del coche.
-Y lleva tira en el cuello, tonsura en el cogote y una placa que pone Padre Servando.
-Eso no prueba nada.
-¿Cómo que no? Esto es increíble. En toda mi vida me había pasado algo así.
-¿El qué? ¿Lo de los granos?
-Sí, eso es, lo de los granos. Vamos a dejarlo…
-No te marches. Se te olvida la receta.
-Vale, traiga, que me la voy a dar, pero por los cojones.
-No, no, por los cojones, no. Por los granos.
-Claro.
-Tres aplicaciones diarias sobre las pústulas.
-De acuerdo, ¿algo más?
-Sí, me rezas dos padrenuestros y tres avemarías y me echas lo que lleves de calderilla en el cepillo de San Nicolás de Bari.

miércoles, 11 de enero de 2012

Una inexistencia


-Hola, traigo estas flores para la paciente de la habitación 243.
-Lo siento pero no va a poder entregarlas.
-¿Ha muerto?
-No, es que esa habitación no existe.
-Ah, qué susto.
-¿Cómo se llama la paciente?
-No hay ningún nombre escrito, sólo la habitación.
-Tal vez se refiere a la 234, que sí existe.
-¿Las entrego en esa habitación?
-El problema es que esa habitación está vacía.
-No lo entiendo.
-Cuando un paciente se cura lo mandamos a casa y la habitación se queda vacía. No es tan difícil de entender.
-Me refiero a que no entiendo por qué alguien enviaría flores a una habitación vacía.
-Quien las envió lo hizo pensando en que la habitación estaría ocupada.
-¿Cómo va a estar ocupada una habitación que no existe?
-No creo que quien mandó las flores supiera cuántas habitaciones hay en este hospital.
-Quizá trabaje aquí.
-En ese caso, ¿para qué enviar las flores a esa habitación inexistente?
-Tal vez para llamar la atención.
-¿Llamar la atención de quién?
-Pues no sé, supongo que de alguien que no exista.
-¿Quién querría llamar la atención de alguien que no existe?
-Pues no sé, quizá alguien que tampoco exista…
-Como yo.
-O yo.
-…
-…

miércoles, 4 de enero de 2012

Una cosa

-Luke, una cosa quiero que sepas.
-Dime, maestro Yoda.
-No existen los Reyes Magos.
-¿Qué?
-Que los Reyes no existen. Tus padres son.
-¿Mis padres?
-Así es.
-No puede ser.
-Sé que difícil de comprender es, pero aceptarlo has de.
-Que no, que no, que no puede ser.
-Que sí, joven Skywalker. ¿Nunca pensado en ello has?
-Alguna vez
-¿Difícil no te parecía que a todas las casas de todos los niños del mundo los Reyes llegaran al mismo tiempo?
-Sí, maestro.
-¿Algún juguete o regalo escondido debajo de una cama alguna vez no has pillado?
-También, maestro.
-Pues porque los Reyes no existen eso es. Tus padres son.
-Me niego a creerlo.
-Los padres de cada niño sus Reyes son y los juguetes compran en El Corte Inglés.
-Mi padre no es ningún Rey Mago
-Sí que.
-Te digo que no, no y mil veces no.
-¿Pero por qué tan obstinado eres? ¿Por qué me crees no?
-Porque mi padre es... Darth Vader.
-Petaca jodo.
-¿Tú ves a Darth Vader comprándome los juguetes en El Corte Inglés?
-Sé no.
-¿Te lo imaginas pagando? ¿Qué haría? ¿Usaría una tarjeta de crédito, pagaría en metálico o directamente asfixiaría al dependiente con sus poderes Jedi antes de que terminara de cobrarle?
-En eso razón tienes la verdad es. Yo tu Rey Mago puedo ser. ¿Qué que te traiga quieres?
-Un manual de sintaxis del castellano.
-Regalo curioso es. ¿Para lo quieres qué?
-Para regalártelo a ti. A ver si dejas de hablar al revés de una vez por todas.
-Dejarlo vamos a.