-¿Por qué dices eso?
-En lugar de enfriar calienta. Mira.
-Tal vez sea porque eso es el microondas.
-Puede ser, pero ¿qué me dices de la batidora?
-¿Qué le pasa?
-No tritura.
-Quizá influya algo que eso es el exprimidor de naranjas.
-Puede que tengas razón, pero ¿y la cafetera?
-¿Qué pasa con la cafetera?
-Hace el café muy aguado.
-Porque es el grifo del fregadero.
-¿Y el horno? Cada vez que lo abro veo a dos señores viendo la tele.
-Eso es la puerta del salón. Y esos señores son los abuelos.
-¿Y el interruptor de la luz?
-¿Tampoco funciona?
-Cada vez que lo accionó suena una campanita y me abre una señora.
-Eso no es el interruptor de la luz, sino el timbre de la puerta.
-¿Y la señora?
-Soy yo.
-Pues debo decirte que tú tampoco funcionas.
-Ah, ¿no?
-No. Cuando te beso se me llena la boca de pelos.
-Eso es porque me besas por detrás.
-¿Qué insinúas?
-Que me besas el cogote.
-¿Entonces el que no funciono soy yo?
-Digamos que tienes algún problema de atención, sí.
-¿Crees que estoy loco?
-Yo no he dicho eso, pero unas duchas de agua caliente y fría te vendrían de maravilla.
-No me las puedo dar.
-¿Por qué no?
-Porque cada vez que abro el grifo del agua caliente me sale fría, con burbujas y muy turbia.
-Quizá sea porque eso es una botella de cocacola.
-Y cuando abro el grifo de agua fría aparecen unas lechugas, unos fiambres y unos yogures.
-Porque eso que abres es el frigorífico.
-Ya te he dicho hace rato que no funcionaba bien.