-José Luis.
-Posteriormente jugaremos una partida de bridge en el drawing room.
-José Luis.
-…y fumaremos unos habanos que me acaban de traer de Ultramar paseando por la rosaleda del jardín Oeste.
-José Luis.
-Dime, dilecta esposa.
-Me llamo Paco. Estamos en la cárcel y les estás hablando a los dedos de mis pies.
-Qué sentido del humor más simpático tienes, Rosalinda.
-Así que sentido del humor. ¿Ves esto?
-Diantres, qué pecho tan peludo, Rosalinda.
-Es porque no soy Rosalinda, sino Paco. Mira.
-Demonios, Rosalinda, vaya atributos sexuales que te gastas. No sabía que te hubieras cambiado de sexo.
-No me he cambiado de nada. Los tengo desde que nací.
-Caballeros, ruego que disculpen las ocurrencias de mi esposa. Ya saben cómo es cuando bebe dos copas de más.
-Deja de hablarles a los dedos de mis pies.
-No son tus dedos de los pies, cariño. Son mis invitados.
-Entonces, ¿quieres explicarme por qué acaban de desaparecer?
-No me sorprende que se hayan ido: has sido muy grosera con ellos.
-Han desaparecido porque me he puesto los calcetines.
-A eso me refiero. Los has recibido descalza.
-Si no me hubiera quitado los calcetines ni siquiera habrían venido.
-¿Qué insinúas? ¿Qué mis invitados vienen a casa para verte los pies? ¿Qué crees que son? ¿Un congreso de podólogos?
-No insinúo nada, pero ya verás como no vuelven hasta que no me quite los calcetines otra vez.
-No me hagas reír. Vendrán en cuanto los llame.
-Prueba y verás.
-Caballeros, por favor, les invito a un coñac en la biblioteca. ¿Ves? Ya han vuelto.
-Ahora les estás hablando a los dedos de mi mano izquierda.
-Tengo muchos amigos. No sé de qué te extrañas.
Me he reído mucho, me ha encantado! Somos "amigos" de Facebook desde hace un tiempo, pero te confieso ahora que nunca había leído nada tuyo. Hoy me ha dado por ahí y me alegro, porque me he divertido con este piramiento, que, desde hoy, para mí, ya no será el último :)
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