martes, 27 de marzo de 2012

Un juego

-A mí me encanta jugar con mis hijos.
-A mí también.
-Yo, por ejemplo, juego con ellos al Monopoly, ¿y tú?
-No, yo prefiero jugar con las fichas que salen en el juego. Una vez jugué con ellos pero ocupaban toda la mesa y era prácticamente imposible saber en qué casilla del tablero estaba cada uno.
-Ya.
-¿Y al parchís? ¿Juegas con ellos al parchís?
-A veces. ¿Y tú?
-Nada, lo mismo te digo. Es ponerlos encima de la mesa y sobreviene el caos. Ocupan todo el tablero y nadie sabe en qué casilla está.
-Ya.
-Por no hablar de lo sucio que se pone todo cuando uno se tiene que comer al otro.
-Claro.
-¿Y qué me dices de hacer deporte con ellos?
-Sí, muy enriquecedor. Yo juego con ellos al baloncesto.
-¿Y cómo haces para que pasen por el aro de la canasta? Yo he tratado de jugar con ellos pero es casi imposible: no botan, sangran, pesan y se quedan atascados en el aro.
-Ajá.
-Además tienen una aerodinámica horrible.
-Eso también.
-Prefiero jugar con ellos a los bolos.
-¿Sí?
-Sí, así los tengo quietos durante un rato.
-Se lo pasan bien, ¿o qué?
-No, simplemente están quietos hasta que el niño que hace de bola los alcanza y los tira al suelo.
-Por supuesto.
-¿Y qué me dices de los video juegos?
-Sí, me gustan mucho.
-¿En serio? ¿Juegas con tus hijos?
-Sí, claro.
-¿Y dónde les enchufas los cables?

1 comentario:

  1. Absolutamente genial. Después de esto creo que no volveré a jugar con mi mujer al ahorcado...

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