-Quiero unas gafas para ver de cerca.
-Soy Teniente de Caballería.
-Me refiero a su vista.
-Ah, perdone, 6 dioptrías en cada ojo.
-¿Cómo le gustaría que fuese la montura?
-Briosa y noble, que tenga nervio pero que se deje domar.
-No, yo me refería a que si quiere las gafas de metal o de pasta.
-De pasta.
-¿Alguna preferencia?
-Tortellini al pesto, por favor.
-No, yo me refería a la pasta de las gafas.
-¿Qué pretende? ¿Venderme unas gafas hechas de macarrones?
-Cuando digo pasta me refiero a plástico.
-No me gustan los macarrones de plástico.
-A mí tampoco. Yo me refería al plástico de las gafas.
-Si quisiera unas gafas de plástico habría ido a una juguetería.
-Pues vaya, pero allí se las venderán sin graduación.
-Le repito que soy Teniente de Caballería, ¿pretende degradarme?
-Me refiero a la graduación de sus ojos.
-Ah, eso es otra cosa.
-Por fin me entiende.
-Sí, el derecho es comandante y el izquierdo teniente coronel.
Muy bueno. Lo entendió hasta un italiano. Especialmente interesado en los tortellini y las gafas de macarrones.
ResponderEliminarGenial. Muy divertido.
ResponderEliminarA mi me pasa lo mismo, tengo el ojo izquierdo con mayor graducación, pero, precisamente por eso, creo que ve la realidad con menor nitidez.
ResponderEliminarLuis