martes, 4 de enero de 2011

Un rey mago

-Hola.
-Hostias, un niño.
-¿Quiénes sois?
-No hables tan alto, rico.
-¿Qué estáis haciendo en mi casa?
-No te lo podemos decir.
-¿Sois los Reyes Magos?
-Eso mismo. Mira, yo soy Melchor y éste es Gaspar.
-¿Y Baltasar?
-Está abajo, con el coche en marcha.
-¿No vais en camellos?
-Hace tiempo que no.
-¿Por qué?
-Porque huelen fatal.
-¿Qué lleváis en esos sacos?
-¿Qué vamos a llevar? Los regalos.
-A ver, pero si es la vajilla de plata de mi madre.
-Es su regalo.
-Ya tiene una.
-Pues así tendrá otra.
-¿Y a mí que me habéis traído?
-Lo que has pedido en tu carta.
-No escribí carta.
-Te traemos una pitillera de oro. Mira.
-Es como la de mi padre.
-A tu padre le hemos traído este ordenador portátil.
-Ya tiene uno y es igualito que ése.
-Pues le dejamos la vajilla a tu padre.
-¿Y la pitillera?
-Para tu madre.
-¿Y entonces el portátil?
-Para ti, ¿qué te parece?
-¿Podéis dejarlo por escrito?
-Si insistes.
-De ese modo me marcharé a la cama sin haceros más preguntas…
-Vale.
-…y sin hacer ninguna llamada telefónica.
-¿Por qué dices eso, rico?
-Porque esto huele fatal.
-Y eso que no hemos traído los camellos.

2 comentarios:

  1. Tres reyes sin camello,
    a coche limpio?,
    no sé, no sé si cuela,
    huela o no huela,
    pasar el timo
    al crío del relato
    porque es muy listo...

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  2. Muy divertido el piramiento. El niño un crac. De mayor será político.

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